Detalle de El Jardín de las Delicias, El Bosco. Museo Nacional del Prado.

Detalle de El Jardín de las Delicias, El Bosco. Museo Nacional del Prado.

 

De las muchas faltas que una persona puede cometer se alzan con fuerza siete -en un principio fueron ocho-, que se han venido conociendo con el nombre de los Pecados Cardinales o Vicios Capitales.

Quizás todos sepamos qué es el pecado, pero ¿qué entendemos por capital? ¿Por qué estos pecados fueron tenidos por los más peligrosos? A qué y a quiénes se estaban refiriendo Santo Tomás de Aquino y otros filósofos cristianos de la Edad Media cuando hablaban de ellos? ¿Cómo describen otras culturas y religiones estos vicios? ¿A qué demonio estaba asociado cada uno de ellos  y de qué manera era tentada cada persona?

Responder a estas cuestiones será primordial para ir reflexionando sobre los peligros capitales que han acechado a la humanidad. Pero no caigamos en la desesperanza porque no todo está perdido. Afortunadamente para nosotros -y también para San Antonio- la fuerza de estas tentaciones pueden contrarrestarse con otras tantas virtudes que nos salvarían del infierno más horrible o de ese purgatorio que, con tanto detalle, describe Dante en su Divina Comedia.

En este sentido, se despliega ante nosotros toda una iconografía del pecado y sus castigos que apreciamos en la impresionantes pinturas de El Bosco o en los fabulosos grabados de Pieter Brueghel el Viejo. La literatura, el cine y la fotografía no han hecho sino acrecentar ese imaginario colectivo del desorden y la perdición, configurando un mundo donde el caos puede revertirse y terminar imperando el orden divino. ¿Es posible reconocer hoy en día el lugar que estos pecados ocupan dentro de nuestro orden moral?

 

Universidad de Mayores: Universidad Pontificia Comillas, Madrid.

 

¿Quieres conocer los contenidos del seminario? Descargar PDF.

 

Puedes contactar conmigo: encarnalopezr@gmail.com